Siempre estuve en el camino
desde que tengo memoria.
Hay una larga ruta adelante mío
y la veo hasta el horizonte cambiante
a través del vidrio del auto,
sobre las nubes, o las alas de los pájaros.
Vislumbro las curvas, los desvíos,
aunque también hay
señales indicadoras de lo que me espera.
Sólo tengo que aprender a descifrarlas.
Otras veces, en la noche, voy a pie
y el camino se abre ante mí desierto y oscuro,
salvo cuando me acompañan las estrellas
y los guijarros brillantes juegan con su reflejo.
Yo no tengo miedo de caminar.
La noche refresca mis sandalias, estira mis alas,
el día me ilumina, el sol me alimenta...
y alguna magia antigua me llama a seguir adelante.
Quizás nunca te lo dije, pero, quiero que sepas
que no estás solo.
Tu camino se cruza con el mío.
y yo, hada errante, seguiré andando,
esta vez, al lado tuyo.
Pauli de la tribu de las Mantas Verdes.
bienvenidos a mi bosque...
soy un hada...
la musica del bosque resuena en el aire,en mis venas…
espiritual y terrena
me eleva
me alegra ,
me lleva
saltando ente la copa de los arboles,
los troncos añosos
las hierbas perfumadas
las grutas escondidas
y las languidas fuentes de las diosas del agua…
la musica del bosque corre y se detiene ,
se demora,se da vuelta,
me envuelve
y me habla
con un brillo tenue de hadas
y un olor a verde y a cascada-
la musica del bosque resuena en el aire,en mis venas…
espiritual y terrena
me eleva
me alegra ,
me lleva
saltando ente la copa de los arboles,
los troncos añosos
las hierbas perfumadas
las grutas escondidas
y las languidas fuentes de las diosas del agua…
la musica del bosque corre y se detiene ,
se demora,se da vuelta,
me envuelve
y me habla
con un brillo tenue de hadas
y un olor a verde y a cascada-
jueves, 31 de enero de 2013
El río
Dolor cruel,
no sé si hago bien en llorarte.
Por momentos te olvido,
y de repente
si alguien me habla tiernamente,
me toca el brazo,
se me estuja algo adentro,
y siento que las lágrimas se escapan
sin que las pueda contener.
Y es un río.
Insistente,
constante,
que a veces se mete abajo de la tierra
y no lo ves,
pero está ahí,
muy abajo
y sigue fluyendo.
Pauli de la tribu de las Mantas Verdes
no sé si hago bien en llorarte.
Por momentos te olvido,
y de repente
si alguien me habla tiernamente,
me toca el brazo,
se me estuja algo adentro,
y siento que las lágrimas se escapan
sin que las pueda contener.
Y es un río.
Insistente,
constante,
que a veces se mete abajo de la tierra
y no lo ves,
pero está ahí,
muy abajo
y sigue fluyendo.
Pauli de la tribu de las Mantas Verdes
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